Nuevos brotes verdes

He de reconocer que mi corazón ha saltado de gozo al oír en el informativo del mediodía a nuestro Presidente “la recuperación se ha iniciado”. ¿Estaría yo equivocado estos días atrás? Me alegro que así sea, porque con la que nos está cayendo encima, más vale que equivoquemos nuestras opiniones, lastradas tal vez por el pesimismo que vivimos. Vuelve a repetir el televisivo presentador “La recuperación se ha iniciado” Igual es que tampoco se lo cree y necesita decirlo dos veces para intentar entrar en el juego que nos propone el Gobierno. Aún boquiabiertos por la noticia, insiste de nuevo “y se va a acelerar”. Suma felicidad. Pienso que igual el Gobierno se ha visto agraciado por el último euromillón, ese del bote que para anunciar la cuantía del premio han de hacerlo en dos líneas, de tantos ceros como tiene (y eso que son euros, que si llegan a ser pesetas, deben publicarlo en dos telediarios, como mínimo), y ha decidido compartirlo con la nación.

Pero… tanta dicha no puede ser. Me lo temía. Sigue nuestro caro Rodríguez Zapatero: “no se sabe con qué fuerza ni con qué progresión…”; y atiza más leña al fuego: “ni cuando tendrá el vigor suficiente para crear empleo”. Ahora si que la hemos hecho buena. ¿Para qué nos dice usted que se ha iniciado la recuperación si no conoce su alcance? ¿De qué recuperación estamos hablando? ¿A qué le llama usted recuperación?

¿Podría ser que este gobierno, en algún momento, fuese serio con el pueblo?

Para los mortales que todos los días tenemos que levantarnos para trabajar, o para ir a las colas del INEM, la recuperación comenzará cuando dejen de producirse despidos masivos en las empresas, cuando éstas comiencen a contratar de nuevo trabajadores porque la demanda exige producción, cuando los hipotecados no tengan miedo ni recelo a poder seguir pagando sus cuotas mensuales a los sufridos bancos, cuando el comercio pueda recuperar cotas de ventas ya hace tiempo perdidas, cuando… Por cierto lo de sufridos bancos viene a cuento por lo que padecen ahora al no saber qué volumen de impagados van a tener el mes siguiente.

No todo ha quedado ahí. Faltaba aún la carcasa final. Serio y digno nos suelta: “tenemos un serio problema que resolver…” refiriéndose al paro que se ha producido en estos tiempos.

Pues mire usted, a pesar de todo, yo me voy un poco más tranquilo a la cama, sabiendo que comienza a reconocer el problema que tiene España hoy. ¿Será el siguiente paso asumirlo e intentar resolverlo? Sólo Dios lo sabe.

Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 24 de noviembre de 2009