El calvario de María José Carrascosa
Nos duele, como valencianos, el calvario por el que está pasando nuestra compatriota María José Carrascosa, allá por los lejanos Estados Unidos de América. Yo en su caso, probablemente habría obrado igual que ella, poniendo por delante de normas y cortapisas lo que, en buena razón, hubiera creído mejor para mi hija pequeña.
Lo siento de verdad y las autoridades (me gusta más decir los administradores públicos) deben hacer lo que sea para mitigar el dolor de esta valenciana. Pero claro, las leyes son las leyes y están para cumplirse.
Uno no puede tomarse la justicia por su mano, estaría vulnerando uno de los principios básicos de la sociedad, y la razón no la tiene uno porque sí, sino porque se la otorga el ordenamiento jurídico establecido. Aquí, a miles de kilómetros, nos hemos puesto todos a enjuiciar, sin tener un conocimiento exacto, no sólo de los hechos, sino de las normas que regulan aquella sociedad, tan distinta y distante a la nuestra. Y eso es un ejercicio más que atrevido que puede llevarnos a enfrentamientos entre los que están a favor y los que están en contra. Los unos por la simple, y no por ello desdeñable, procedencia de la implicada, y los otros por la eterna cruzada de llevar la contra. Ni unos, ni otros, tienen razón y haríamos todos mejor en callar para no lanzar imprudentes juicios de valor que no conducen nada más que a crispación.
Cabe esperar que el Juez encargado de dictar Sentencia lo haga teniendo en cuenta los motivos que mueven a una madre a realizar ciertos hechos, aún a contracorriente y eso sirva para mitigar una justicia, la norteamericana, que se toma muy en serio la aplicación de las leyes. Tres años de encarcelamiento que son los que lleva en la actualidad, son muchos más de los que en este país se sufren por cuestiones que producen más alarma social que la que aquí se está dilucidando. Al fin y al cabo es una cuestión entre progenitores que, a mi poco entender, poco o nada va a influir en la sociedad.
A nuestros administradores alentarles para que hagan algo. Pueden hacerlo, si quieren, ejemplos como el que se nos dará en pocos días con el tema del Alakrana dan buena prueba de ello, y a la implicada, nuestros mejores deseos y ánimos, confiando que el suplicio que vive termine pronto.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 14 de noviembre de 2009
Lo siento de verdad y las autoridades (me gusta más decir los administradores públicos) deben hacer lo que sea para mitigar el dolor de esta valenciana. Pero claro, las leyes son las leyes y están para cumplirse.
Uno no puede tomarse la justicia por su mano, estaría vulnerando uno de los principios básicos de la sociedad, y la razón no la tiene uno porque sí, sino porque se la otorga el ordenamiento jurídico establecido. Aquí, a miles de kilómetros, nos hemos puesto todos a enjuiciar, sin tener un conocimiento exacto, no sólo de los hechos, sino de las normas que regulan aquella sociedad, tan distinta y distante a la nuestra. Y eso es un ejercicio más que atrevido que puede llevarnos a enfrentamientos entre los que están a favor y los que están en contra. Los unos por la simple, y no por ello desdeñable, procedencia de la implicada, y los otros por la eterna cruzada de llevar la contra. Ni unos, ni otros, tienen razón y haríamos todos mejor en callar para no lanzar imprudentes juicios de valor que no conducen nada más que a crispación.
Cabe esperar que el Juez encargado de dictar Sentencia lo haga teniendo en cuenta los motivos que mueven a una madre a realizar ciertos hechos, aún a contracorriente y eso sirva para mitigar una justicia, la norteamericana, que se toma muy en serio la aplicación de las leyes. Tres años de encarcelamiento que son los que lleva en la actualidad, son muchos más de los que en este país se sufren por cuestiones que producen más alarma social que la que aquí se está dilucidando. Al fin y al cabo es una cuestión entre progenitores que, a mi poco entender, poco o nada va a influir en la sociedad.
A nuestros administradores alentarles para que hagan algo. Pueden hacerlo, si quieren, ejemplos como el que se nos dará en pocos días con el tema del Alakrana dan buena prueba de ello, y a la implicada, nuestros mejores deseos y ánimos, confiando que el suplicio que vive termine pronto.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 14 de noviembre de 2009
¿Qué opinas?
Publicar un comentario