Alakrana, punto y seguido
En mi reflexión que titulaba “Más Alakrana” publicada en este blog el pasado 6 de noviembre, yo mismo afirmaba que “Llegará el momento en que pagará, aunque no sea capaz de reconocerlo en público”. Y así ha sido. No es una solución que me guste, porque creo que no se debe pactar con terroristas, pero también he de admitir que la situación de los tripulantes del atunero peligraba. Con gente como ésta no se puede andar con bromas y la “machada” de traernos volando a los dos piratillas apresados, estuvo a punto de mandarlo todo a hacer gárgaras. ¿Qué habrá prometido el gobierno cuando aquellos han cogido el dinero y han salido corriendo olvidando a sus dos compatriotas aquí? Pues, cualquier cosa. Por prometer que no quede. Seguramente que en quince días (algo que ya se está diciendo) los aprendices de corsario sufran un amago de juicio, se les condene a menos de seis años de privación de libertad, y en aplicación de la ley de extranjería se les expulse del país. Igual les espera la nave corsaria en cualquiera de las playas de nuestra tierra, y así recoge a los expulsados y se los lleva de nuevo hacia aquellas aguas a ver si capturan a otros pardillos y recaudan de nuevo otros 2.6 millones, o lo que esta vez consigan. No es la primera vez y desgraciadamente no será la última.
Total, cuarenta y tantos días de secuestro, de incertidumbre, de dolor contenido de las familias, de miedo en sus cuerpos (recuérdense las palabras del patrón por teléfono), de bravatas por parte de nuestro gobierno, de acciones de peligro de nuestros militares de la armada vigilando de cerca a los secuestradores… ¿para qué? Pues para pagar los 2.6 millones de euros, que digo yo podían haberlos entregado hace días y nos hubiéramos evitado todos los sinsabores y de paso el gasto que ha producido el despliegue militar en aquella zona.
El final de la historia es feliz si no pensáramos que han ganado los malos. Los despiadados piratas que no ha dudado un momento en forzar la situación a costa de treinta y seis vidas humanas. Corsarios que en estos momentos deben estar partiéndose de risa viendo como ellos, cuatro desarrapados mascadores de coca (o lo que fuese que les ponía ciegos), hayan podido con un país que se precia de ser de los más avezados de este planeta.
¿Hasta cuando así?
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 18 de noviembre de 2009
Total, cuarenta y tantos días de secuestro, de incertidumbre, de dolor contenido de las familias, de miedo en sus cuerpos (recuérdense las palabras del patrón por teléfono), de bravatas por parte de nuestro gobierno, de acciones de peligro de nuestros militares de la armada vigilando de cerca a los secuestradores… ¿para qué? Pues para pagar los 2.6 millones de euros, que digo yo podían haberlos entregado hace días y nos hubiéramos evitado todos los sinsabores y de paso el gasto que ha producido el despliegue militar en aquella zona.
El final de la historia es feliz si no pensáramos que han ganado los malos. Los despiadados piratas que no ha dudado un momento en forzar la situación a costa de treinta y seis vidas humanas. Corsarios que en estos momentos deben estar partiéndose de risa viendo como ellos, cuatro desarrapados mascadores de coca (o lo que fuese que les ponía ciegos), hayan podido con un país que se precia de ser de los más avezados de este planeta.
¿Hasta cuando así?
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 18 de noviembre de 2009
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