La vida sigue igual (a nuestro pesar)

El Festival de Benidorm celebrado el 17 de julio de 1968 nos dio como ganador a un joven Julio Iglesias que se empeñaba en repetirnos aquello de ”La vida sigue igual” sin que la mayoría de nosotros le diera más importancia que la que podía tener una sencilla letra al son de una pegadiza melodía. “Al final, las obras quedan, las gentes se van… la vida sigue igual” seguía el estribillo como tratando de convencernos que el mundo es más importante que cada uno de nosotros en particular. No estoy yo demasiado de acuerdo en esa apreciación, aunque por desgracia, la vida sigue enseñándonos que somos poco más que una mota de polvo en el desierto. Desgraciada premonición: la vida sigue igual. Y en esas estamos cuando leemos diariamente la prensa. La vida sigue igual. Igual de mal, querrá decirse.

La crisis que no avanza (queremos decir que no desparece, porque lo que es avanzar…). Nuestros políticos empeñados en las mismas de siempre. El gobierno que no da su brazo a torcer; la oposición que dice que no le apoya, a no ser que cambie; los sindicatos que han descubierto la trampa saducea del ministerio de trabajo (¿de qué trabajo?) y ahora dicen que no quieren saber nada y que movilizarán a las bases (¡no me lo creo!); de la banca que cada día gana más; del trabajador que cada día gana menos; de más parados engrosando las filas del INEM; de más usuarios en los comedores sociales y de caridad (Por cierto un día hablaré de la Asociación Valenciana de Caridad, ¡para quitarse el sombrero!) … Es decir, ¡la vida sigue igual!

Por estos lares, ¡qué les voy a decir! El Ayuntamiento y la Generalidad hinchándose como pavos tras la America’s Cup; la oposición en contra, pero no se han perdido ni una de las recepciones y saraos que con tal motivo se han dado; el Sr. Luna estudiando dónde se querella ahora, después que el TSJCV ha desestimado la que se interpuso contra Camps (¡queréllate, que algo sacarás!); no se sabe quién continúa con las amenazas y extorsiones a los que recogen firmas para que sigan las obras de prolongación de Blasco Ibáñez… La vida sigue igual. Por cierto, esto último de las amenazas, agravios y extorsiones ¿no son métodos un tanto mafiosos? Habría que averiguarlo Sr. Peralta, Delegado del Gobierno en esta Comunidad ¿No cree que en tiempos de democracia esto no puede seguir así?

En fin, que no estamos demasiado optimistas con el panorama que se nos presenta y las previsiones no son muy halagüeñas que digamos.

La vida sigue igual… de mal.

Publicado por Ferran Martinez i García, el 23 de febrero de 2010

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