Las vacunas de la Gripe A
Me entero por la prensa, “maldita mensajera” que pone a prueba a diario nuestros nervios, que la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha anunciado que en breve someterá a una evaluación externa su actuación ante la pandemia de la Gripe A. Todo ello como arma para hacer frente a las críticas que le llueven de todas partes y que alimentan, no sin razón, las sospechas de connivencia con determina industria farmacéutica.
Añade el organismo internacional que esperan las críticas, les dan la bienvenida y quieren su oportunidad para poder discutirlas… pero ni nos dicen cuando se va a realizar esa “evaluación externa”, ni nos definen exactamente cómo de “externa” ha de ser. Lo bien cierto es que estuvieron tanto tiempo diciéndose que venía el lobo, que si alguna vez llega no nos lo creeremos. Y eso, en verdad, puede ser trágico. ¿Deberemos creernos los resultados de esa externa evaluación?
No quiero dudar de la honorabilidad de la OMS, pero las innumerables opiniones médicas vertidas sobre el asunto de la Gripe A me hace pensar que, tal vez los únicos que creían en las malditas cepas eran aquellos que descansan sus reales en las poltronas internacionales, y no los galenos que día a día están en contacto directo con las gentes y sus enfermedades.
Lo único cierto en todo este desbarajuste del moderno cuento del lobo, es el enorme volumen de negocios realizado por la industria farmacéutica alrededor de las vacunas. ¿Sabremos alguna vez cuantas dosis han quedado por inocular? ¿Conoceremos que partidas presupuestarias han dedicado los gobiernos a la adquisición de los inyectables? ¿Se hará público algún día los posibles desvíos dinerarios que han podido ocurrir en todo este desbarajuste?
Me temo que no. Y no sé si sería preferible no conocerlo, más que nada por aquello de que “ojos que no ven, corazón que no siente”. Y éste ya lo tenemos lo bastante agredido como para tener que añadirle más leña al fuego.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 14 de enero de 2010
Añade el organismo internacional que esperan las críticas, les dan la bienvenida y quieren su oportunidad para poder discutirlas… pero ni nos dicen cuando se va a realizar esa “evaluación externa”, ni nos definen exactamente cómo de “externa” ha de ser. Lo bien cierto es que estuvieron tanto tiempo diciéndose que venía el lobo, que si alguna vez llega no nos lo creeremos. Y eso, en verdad, puede ser trágico. ¿Deberemos creernos los resultados de esa externa evaluación?
No quiero dudar de la honorabilidad de la OMS, pero las innumerables opiniones médicas vertidas sobre el asunto de la Gripe A me hace pensar que, tal vez los únicos que creían en las malditas cepas eran aquellos que descansan sus reales en las poltronas internacionales, y no los galenos que día a día están en contacto directo con las gentes y sus enfermedades.
Lo único cierto en todo este desbarajuste del moderno cuento del lobo, es el enorme volumen de negocios realizado por la industria farmacéutica alrededor de las vacunas. ¿Sabremos alguna vez cuantas dosis han quedado por inocular? ¿Conoceremos que partidas presupuestarias han dedicado los gobiernos a la adquisición de los inyectables? ¿Se hará público algún día los posibles desvíos dinerarios que han podido ocurrir en todo este desbarajuste?
Me temo que no. Y no sé si sería preferible no conocerlo, más que nada por aquello de que “ojos que no ven, corazón que no siente”. Y éste ya lo tenemos lo bastante agredido como para tener que añadirle más leña al fuego.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 14 de enero de 2010
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