Fallas de Especial
La Federación de Fallas de Especial, tan activa y eficiente como siempre, no ha dudado en estos últimos días en reunirse con el Presidente de la Generalidad y la Alcaldesa de la Ciudad, a solicitarles colaboración financiera. Alegan los malos momentos que están pasando sus economías y la acuciante falta de efectivo para cumplir sus proyectados macro programas.
Hasta ahí lo que sabemos por la prensa. Pero la contestación de la Alcaldesa nos hace suponer que la petición ha ido más allá de una simple y mera solicitud de ayuda financiera. En otro caso no habrían recibido por respuesta que en esa misma situación están todas las comisiones de falla, aunque sus presupuestos sean menores, y el Ayuntamiento debe estar con todas, no con unas pocas.
Es cierto que la sección especial convoca unos astronómicos presupuestos para sus no menos fabulosos monumentos. Es cierto que la calidad de las fallas de especial es el imán que atrae los miles y miles de turistas que durante esos días visitan Valencia. Es cierto que antes se detendrán a ver una falla de especial, a pesar de las aglomeraciones, que la modesta falla de séptima que con tanta ilusión y esfuerzo planta el grupo de falleros que la sostienen. Pero de ahí a intentar “chantajear” con la cantinela de “que el éxito de las fiestas depende de ellos y por eso esperan que Barberá les apoye” pues como que debe mediar un abismo. El mismo que ellos abren socavando la solidaridad entre todos los que hacen posible que Valencia sea conocida mundialmente por sus Fallas, y entre ellos, no lo duden ustedes señores de especial, están todo el resto hasta casi las cuatrocientas comisiones que existen en la ciudad. No olviden el espíritu de la falla, porque si lo hacen estaremos perdiendo la verdadera esencia de nuestra fiesta.
Son malas épocas. Pero malas para todos. Los de especial y los de séptima. Y no olviden las palabras de doña Rita: “el resto de comisiones también están soportando los mismos problemas económicos y se debe [el Ayuntamiento] a todos por igual”.
Tranquilos. Fallas continuarán habiendo, aunque se deba volver a pasear el barrio con “l’estoreta” a recoger los trastos viejos que sobren en las casas. Nuestro objetivo es plantar una falla, no el presupuesto de la misma.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 16 de enero de 2010
Hasta ahí lo que sabemos por la prensa. Pero la contestación de la Alcaldesa nos hace suponer que la petición ha ido más allá de una simple y mera solicitud de ayuda financiera. En otro caso no habrían recibido por respuesta que en esa misma situación están todas las comisiones de falla, aunque sus presupuestos sean menores, y el Ayuntamiento debe estar con todas, no con unas pocas.
Es cierto que la sección especial convoca unos astronómicos presupuestos para sus no menos fabulosos monumentos. Es cierto que la calidad de las fallas de especial es el imán que atrae los miles y miles de turistas que durante esos días visitan Valencia. Es cierto que antes se detendrán a ver una falla de especial, a pesar de las aglomeraciones, que la modesta falla de séptima que con tanta ilusión y esfuerzo planta el grupo de falleros que la sostienen. Pero de ahí a intentar “chantajear” con la cantinela de “que el éxito de las fiestas depende de ellos y por eso esperan que Barberá les apoye” pues como que debe mediar un abismo. El mismo que ellos abren socavando la solidaridad entre todos los que hacen posible que Valencia sea conocida mundialmente por sus Fallas, y entre ellos, no lo duden ustedes señores de especial, están todo el resto hasta casi las cuatrocientas comisiones que existen en la ciudad. No olviden el espíritu de la falla, porque si lo hacen estaremos perdiendo la verdadera esencia de nuestra fiesta.
Son malas épocas. Pero malas para todos. Los de especial y los de séptima. Y no olviden las palabras de doña Rita: “el resto de comisiones también están soportando los mismos problemas económicos y se debe [el Ayuntamiento] a todos por igual”.
Tranquilos. Fallas continuarán habiendo, aunque se deba volver a pasear el barrio con “l’estoreta” a recoger los trastos viejos que sobren en las casas. Nuestro objetivo es plantar una falla, no el presupuesto de la misma.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 16 de enero de 2010
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