Más Cambio climático.
Me llama la atención el titular de un periódico que reza algo así como “La Policía danesa detiene a más de 200 personas por intentar acceder al edificio donde estaban reunidos los principales Jefes de Estado y de Gobierno”. Tal vez fuera por intentar poner un poco de sentido común en esa feria que se han montado los gobernantes del mundo en busca del paraíso perdido.
Mucho Conpenhague, mucha cumbre sobre el Cambio Climático, mucho glamour en medios de locomoción, grandes promesas y sonoras declaraciones gubernamentales… pero “de forment ni un gra”, como solemos decir por estas latitudes. A estas alturas nadie duda del nulo resultado de los sesudos personajes que llenan el palacio de congresos Bella Center de Copenhague, más allá de unas vacaciones de lujo, pagadas por los respectivos presupuestos nacionales.
Parece como si lo único importante estuviera en el exterior, entre los miles de policías que aguantan estoicamente las nevadas del tiempo y los embates de los grupos de jóvenes y no tan jóvenes que llevan su ecológica protesta hasta límites insospechados, enfrentándose a los aguerridos y preparados guardadores daneses que reparten palos a diestro y siniestro.
Mientras tanto, y para nada, dicen los entendidos que los aviones de los participantes enviarán a la atmósfera cuarenta mil toneladas de dióxido de carbono, para enguarrar aún más, si cabe, nuestra burbuja vital.
¿Recuerdan aquella película dirigida en 1963 por Stanley Kramer, e interpretada por Spencer Tracy, Mickey Rooney… que llevaba por título “El mundo está loco, loco, loco?
Pues lo mismo. La única diferencia es que aquella era para reír y esto es para llorar.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 18 de diciembre de 2009
Mucho Conpenhague, mucha cumbre sobre el Cambio Climático, mucho glamour en medios de locomoción, grandes promesas y sonoras declaraciones gubernamentales… pero “de forment ni un gra”, como solemos decir por estas latitudes. A estas alturas nadie duda del nulo resultado de los sesudos personajes que llenan el palacio de congresos Bella Center de Copenhague, más allá de unas vacaciones de lujo, pagadas por los respectivos presupuestos nacionales.
Parece como si lo único importante estuviera en el exterior, entre los miles de policías que aguantan estoicamente las nevadas del tiempo y los embates de los grupos de jóvenes y no tan jóvenes que llevan su ecológica protesta hasta límites insospechados, enfrentándose a los aguerridos y preparados guardadores daneses que reparten palos a diestro y siniestro.
Mientras tanto, y para nada, dicen los entendidos que los aviones de los participantes enviarán a la atmósfera cuarenta mil toneladas de dióxido de carbono, para enguarrar aún más, si cabe, nuestra burbuja vital.
¿Recuerdan aquella película dirigida en 1963 por Stanley Kramer, e interpretada por Spencer Tracy, Mickey Rooney… que llevaba por título “El mundo está loco, loco, loco?
Pues lo mismo. La única diferencia es que aquella era para reír y esto es para llorar.
Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 18 de diciembre de 2009
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