Molestias falleras

Bajo el rótulo grandilocuente de “Llamada al orden”, continua la noticia de uno de los diarios gratuitos con nombre de ácido desoxirribonucleico, “Gobernación regulará los casals fallers”. Qué mal suena eso de Gobernación, parece que nos trae recuerdos de otros tiempos, pero con eso de la memoria histórica no me extraña que se escuche de nuevo. A lo que vamos.

Las autoridades han decidido, por fin, sentar la mano a los desmanes falleros de la capital valenciana. Al parecer no molestan las terrazas de los bares, tampoco los estruendosos motores de coches y motocicletas que alborotan la noche, ni mucho menos el claxon de los cien coches que se ven atrapados en un embotellamiento y no tienen una mejor solución para salir de él que aturdir al personal con el sonido de sus bocinas, o los que deciden reclamar “sus derechos” a golpe de pito y cacerola, o…

Molestias todos nos producimos. El vecino de arriba al de abajo cuando decide arrastrar, necesariamente o no, un mueble; al que se le escapa una puerta en medio de una corriente de aire y suelta un golpe a punto de sacar el marco de quicio…

Se calcula (dice más adelante) que la capital alberga unos 350 casals. ¿Tantos?. Que algunos de ellos causarán alguna molestia que otra puesto que albergan a un buen número de personas que participan, seguramente, en alguna comida o cena, y en ellas se habla, se ríe, incluso en algún momento se alza la voz como única forma de hacerse oír en medio de la algarabía. Pero de ahí a tildarse de “bestia negra” estos centros de reunión ciudadana media un abismo. Sí. He dicho centros de reunión ciudadana, puesto que allí están reuniéndose ciudadanos que tiene como aliciente común plantar una falla cada mes de marzo. El mismo derecho que las Asociaciones de Vecinos, o los que de vez en cuando salen a la calle a manifestarse en contra de algo, y de paso realizan pintadas por las paredes o rompen algún escaparate que otro.

¿Sabe alguien de alguna reunión de falla que finalice rompiendo cristales o haciendo graffitis?

Pero claro, los falleros somos otra cosa… y Gobernación nos ha de llamar al orden, porque somos insociables y peligrosos. Y no estoy poniendo en duda que algún elemento se exceda, pero de ahí a meternos a todos en el mismo saco, media un abismo.

Desconozco el dato pero me gustaría saber si en Pamplona hay mucha gente que se queja durante los sanfermines, o si en nuestra vecina y hermana Alicante, se formulan muchas denuncias por las molestias de foguerers i barraquers. Me temo que no y lo celebro, pero aquí, somos diferentes.

Publicado por Ferran Martinez i Garcia, el 29 de octubre de 2009

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